Jaaa, buenísimo. Muy buena la columna del profesor Lombroso. Recuerdo haber leído informes de criminología de principios de siglo XX en los que se detectaba a los anarquistas por ser orejones y tener mandíbula prominente... Saludos!
¡Qué bueno! (y qué cultura) Y, sí, pobre pibe, como para no confundirse. ¿Será por eso que él terminó afeitándose hasta el bigote?. Tus ideas, una mejor que la otra, che. Un abrazo.
Me gustaría que Lombroso me explicara por qué los futbolistas no usan barba (salvo los casos de Villa, Batista y alguno más que se me escapa)y mucho menos bigote. A mí, que no me gusta el fútbol, me parecen todos iguales. Bien el doctor. Es más: por qué se terminaron esos tolanos setenteros, crecidos hasta la cintura. Que siga haciendo escuela don Lombroso(ahora estoy recordando la blanca barba de Darwin...Famosa ella) Lúcida observación acerca de las pilosidades humanas y sus metarmofosis.
Nicolás: Volverá el pibe Altamira, lo prometo. Grillo: SI yo también leí esa biografía, Wheen menciona una foto del Marx lampiño que me gustaría conseguir.
Muy interesante y humorístico. Un abrazo. Adrián
ResponderEliminarJaaa, buenísimo. Muy buena la columna del profesor Lombroso. Recuerdo haber leído informes de criminología de principios de siglo XX en los que se detectaba a los anarquistas por ser orejones y tener mandíbula prominente...
ResponderEliminarSaludos!
¡Qué bueno! (y qué cultura)
ResponderEliminarY, sí, pobre pibe, como para no confundirse. ¿Será por eso que él terminó afeitándose hasta el bigote?.
Tus ideas, una mejor que la otra, che. Un abrazo.
¡Excelente!
ResponderEliminarTe faltan José Hernandez y el General Güemes... Ah, si...Y "Stonewall" Jackson.
ResponderEliminarMe gustaría que Lombroso me explicara por qué los futbolistas no usan barba (salvo los casos de Villa, Batista y alguno más que se me escapa)y mucho menos bigote. A mí, que no me gusta el fútbol, me parecen todos iguales.
ResponderEliminarBien el doctor. Es más: por qué se terminaron esos tolanos setenteros, crecidos hasta la cintura.
Que siga haciendo escuela don Lombroso(ahora estoy recordando la blanca barba de Darwin...Famosa ella)
Lúcida observación acerca de las pilosidades humanas y sus metarmofosis.
También habría estado bueno que se hubiera confundido a Freud con Pancho Sierra. Saludos
ResponderEliminarJorge M.
Siempre muy instructivas las columnas del profesor Lombroso.Muy bueno el final casi cíclico.¡Y que buen personaje el pibe Altamira!
ResponderEliminarVos sabes que al final de su vida Marx se afeito y se corto el pelo?...Al menos asi cuenta el bien documentado Francis Wheen en su biografia del Moro.
ResponderEliminarNicolás: Volverá el pibe Altamira, lo prometo.
ResponderEliminarGrillo: SI yo también leí esa biografía, Wheen menciona una foto del Marx lampiño que me gustaría conseguir.
el pibe altamira un grosso.
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